Fuimos a pasar un fin de semana con el programa de la Xunta Otoño Gastronómico. La casa preciosa, bien equipada, prometía un fin de semana de película…. Pero ahí se quedó, convirtiéndose en un fon de semana terrorífico, nunca mejor dicho. El descanso se convirtió en dolor de cabeza que producían tres diablillos que durante todo el fin de semana estuvieron a golpes, gritos, carreras y molestos y a los que ni el personal allí presente ni la dirección de la casa digerían nada. Ya nada que decir de sus padres, unos auténticos irrespetuosos, que se dedicaron a descansar y soltar a sus salvajes mientras el resto los teníamos que aguantar. La cena del primer día deliciosa, aunque tuvimos que quejarnos por la bebida, una botella de vino para seis personas? Finalmente accedieron a una segunda. Un menú de 35€ que no lo valía con una única botella de vino? El segundo día dentro del menú teníamos un milhojas de lacón, que se convirtió en un pedazo de pan con cachos de lacón seco encima. Uno de los visitantes se puso enfermo y no pudo disfrutar del menú, y cual fue la respuesta de la casa? No os descuento ni cambio el menú por una dieta blanda (una tortilla francesa) si no gano con las dos cosas. La verdad que una pena. Llegábamos con mucha ilusión a disfrutar de un fin de semana que se convirtió en una pesadilla digna de Hallowen. Recomendamos visitar la zona y quizás la casa, pero os recomendamos preguntar, si queréis descansar, por la presencia de niños o quizás aunque el gran problema no sean ellos si no la de padres tan irresponsables como los que nosotros nos encontramos allí.
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