Amaicha Hotel Rural

Escogí este hotel después de leer las opiniones tan buenas que daban de él y después de ver la fotos que me cautivaron. Y desde luego no me ha defraudado en absoluto. Un hotel con encanto en un jardín con encanto y con una dueña con encanto. Cristina es una xana que hay que añadir a los personajes mitológicos asturianos del paseo marítimo de Ribadesella. Es muy atenta, muy dulce, y siempre busca contentar al cliente. Da a conocer las especialidades de la región via su desayuno completo, bien presentado y muy rico (todo casero hasta el pan), en particular un queso de 3 leches buenísimo y cremoso. El hotel es muy tranquilo, no se oye ningún ruido, ahí encontrarás la paz y la paz interior. La habitación que tenía daba al hórreo... ¡un lujo! La cama muy buena. El cuarto de baño muy bien también. ¿Y lo malo? Pues no sé... no se me ocurre nada... o una cosa tan insignificante ...quizás el armario que no tiene puertas pero esto es una opinión muy personal pues muchos hoteles los tienen así ahora. ¡No te lo pienses dos veces, reserva en Amaicha!

Todos los elogios se quedan cortos con Cristi,la anfitriona. Así que como muchos de los que han tenido el placer de conocerla y disfrutar de su mágico hotel, ya han dicho lo que nosotros solamente refrendariamos.,sólo tengo que añadir que solamente por ver cómo se desvive porque sus hospedados se encuentren como en su casa, con ese cariño a su trabajo y con una obsesión de buscar la perfección en su trabajo que es digna de todo elogio.Un verdadero placer haberte conocido, y disfrutar de tu casa. Siempre con nuestro cariño y reconocimiento,,( dos granadinos)

Excelente atención de la dueña Cris y su marido. Te sientes como en casa y si alguien quiere descanso, este es el sitio. MEJOR IMPOSIBLE. Hemos pasado 10 días inmejorables. TOTALMENTE RECOMENDABLE. Los desayunos son “una pasada”. Pan, bizcocho y 3 tipos de mermeladas caseras, tomate natural y un poco de embutido o queso. Zumo natural de naranja. Café a tu gusto (fuerte, suave o descafeinado). IMPRESIONANTE. Con ganas de volver el próximo año.

Rodeada de verde campo y de paz, anfitriones más que agradables, jardines impecables, desayuno casero y generoso, restaurantes y playas de ensueño cercanos, a menos de 30 minutos de Llanes, Ribadesella, Covadonga… Un destino en sí mismo!!!